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Médico
¿Alguna vez has tenido un dolor que dura días, semanas, meses o incluso años? Si es así, sabes lo debilitante que puede ser. Este no solo interfiere con casi todos los aspectos de la vida diaria, sino que también puede causar desesperanza e intensa frustración.
Desafortunadamente, muchas personas recurren a pastillas y cremas en busca de alivio, sin siquiera abordar de forma adecuada la raíz de sus síntomas.
Si sufres de dolor persistente, creo que la verdadera respuesta para sentirte mejor podría estar justo frente a ti, en tu plato. Este estudio nos da evidencia de que tu dieta y el dolor están conectados. Casi una cuarta parte de las personas con artritis reumatoide informaron que la dieta afectaba la gravedad de sus síntomas.
Para comprender mejor esto, primero debes comprender la inflamación y el papel que desempeña en la dieta y la enfermedad.
La inflamación es una respuesta inmunitaria normal que ayuda a proteger el cuerpo contra lesiones e infecciones. Pero, algunas condiciones hacen que el sistema inmunitario desencadene esta respuesta inflamatoria. Incluso cuando no hay organismos extraños contra los que protegerse.
Ciertos tipos de proteínas proinflamatorias también funcionan activando directamente las células nerviosas, lo que puede tanto iniciar como intensificar el dolor.
Algunas condiciones comúnmente asociadas con esto incluyen:
Recordemos, que alrededor del 70 por ciento de tus células inmunitarias se encuentran en tu tracto digestivo. No solo eso, sino que tu dieta puede tener un efecto poderoso cuando se trata de mediar la respuesta inflamatoria. Se ha demostrado que ciertos alimentos alivian la inflamación. Mientras que otros pueden desencadenar los síntomas y empeorar la inflamación.
Fortalecer tu sistema inmunológico tomando el control de tu dieta puede ser una manera fácil y efectiva de reducir la inflamación y aliviar el dolor.
Esta revisión, por ejemplo, sugiere que el consumo de lácteos debe limitarse en personas con artritis para disminuir la inflamación y aliviar los síntomas.
Aunque se necesitan más estudios, puede valer la pena intentar cambiar a una dieta libre de lácteos si sufres de dolor crónico. Por ejemplo, un estudio mostró que cambiar a una dieta a base de plantas y baja en grasas disminuyó la gravedad de los síntomas. Pero, además, también disminuyo la inflamación en pacientes con artritis reumatoide.
La soya se encuentra comúnmente en una amplia gama de productos que incluyen tofu, leche y salsa de soya, y sustitutos vegetarianos de la carne. Los productos de soya sin fermentar contienen ácido fítico, que impide la absorción de nutrientes e irrita el revestimiento del intestino.
Esto podría resultar potencialmente en un aumento de la permeabilidad intestinal. Esto no solo puede contribuir a la inflamación, sino que también puede causar síntomas como dolor articular. Además de, deficiencias nutricionales, erupciones en la piel y cambios de humor.
Se trata de un grupo de plantas, que incluyen tomates, papas, berenjenas, chiles y pimientos morrones. Si bien estas verduras nutritivas son generalmente saludables y seguras para la mayoría de las personas. Pueden desencadenar dolor en articulaciones y músculos.
Sin embargo, la investigación sobre la intolerancia a las solanáceas es muy limitada y la mayor parte de la información es anecdótica. Pero, puede valer la pena probar una dieta de eliminación si crees que tus síntomas empeoran después de comer solanáceas.
El gluten es un tipo de proteína que se encuentra en cereales como el trigo, la cebada y el centeno. Además de esconderse en el pan y otros productos de trigo, también termina en muchos aderezos para ensaladas y carnes frías.
Para las personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten, comer incluso pequeñas cantidades puede producirles dolor. Algunos estudios sugieren que el gluten puede aumentar la inflamación y exacerbar el síndrome del intestino permeable. Debido a que activa una proteína específica involucrada en la permeabilidad intestinal.
Si bien una copa ocasional de vino tinto está bien, el consumo crónico de alcohol puede no ser tan bueno para tus niveles de dolor. Hacerlo en exceso puede debilitar el hígado, aumentar la inflamación y empeorar la enfermedad inflamatoria intestinal.
Comer carnes rojas y procesadas se asocia con un aumento de la inflamación, que se cree que es una de las principales causas del dolor crónico.
Algunos tipos de carne también tienen un alto contenido de purinas, compuestos que pueden agravar la gota y causar dolor. Si sufres de gota, lo mejor es limitar tu consumo de productos cárnicos con alto contenido de purinas. Como mariscos, tocino, pavo, ternera y vísceras, por ejemplo.
Algunas estudios sugieren que una dieta alta en azúcar podría causar alteraciones en el microbioma intestinal, lo que podría promover la inflamación.
Se consideran alimentos procesados los precocinados, pasteles, refrescos, jugos, papas fritas y cereales para el desayuno. Una dieta repleta de basura procesada podría ser la culpable de su dolor crónico.
Un estudio encontró que la dieta occidental tradicional estaba asociada con niveles más altos de marcadores inflamatorios. Otros estudios muestran que las grasas trans, están relacionadas con un aumento de la inflamación.
Los aceites vegetales como los aceites de maíz, cártamo, semilla de algodón y soya tienen un alto contenido de ácidos grasos omega-6. Mientras que la mayoría de los expertos sugieren apegarse a una proporción de 2:1 de ácidos grasos omega-6 a omega-3. La proporción típica en la dieta occidental es más cercana a 20:1.
Los ácidos grasos omega-6 son proinflamatorios. Algunas investigaciones relacionan el exceso de omega-6 con el dolor. Un estudio lo asoció con más dolor, limitaciones funcionales, sensibilidad y angustia en los participantes con dolor de rodilla.
Malas noticias para los amantes del café: si sufres dolores de cabeza frecuentes y dolorosos, puede que sea el momento de reducir la cafeína. Si bien algunos estudios identifican la cafeína como una forma de aliviar los dolores de cabeza. Parece que el beneficio ocurre principalmente en personas que rara vez beben café. Para los usuarios crónicos de cafeína, en realidad puede aumentar el riesgo.
Un estudio encontró que suspender el consumo de cafeína ayudó a tratar las migrañas en el 72 por ciento de los participantes. Sin embargo, la cafeína no solo se encuentra en el café. Otras fuentes de cafeína incluyen chocolate, té, refrescos y bebidas energéticas.
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