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El estrés crónico, 10 maneras en que altera tu vida

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Dr Gerardo Rios

Médico

El estrés es una palabra que nos provoca malos sentimientos. La cosa es que este no es del todo malo. Sin él, no podríamos protegernos o actuar.

Un cierto nivel de estrés nos ayuda a adaptarnos a nuestro entorno y nos empuja a sobresalir. Lo que es preocupante es que se vuelva crónico, y pueda afectar negativamente de múltiples maneras.

Si bien el estrés en sí mismo puede no ser algo bueno, cada uno de nosotros sólo está aquí debido a esta respuesta. Nuestros antepasados reaccionaron a una amenaza luchando o huyendo, y así sobrevivieron gracias a este instinto de lucha o huida.

La vida de hoy, sin embargo, a menudo no nos ofrece la oportunidad de efectuar una respuesta y la resolución completa del estrés. En cambio, operamos como si estuviéramos en un estado de emergencia constante y de bajo grado, sin un final real a la vista. Muchos de nosotros no disipamos físicamente las hormonas del estrés ni nos tomamos el tiempo para resolver los problemas reales. No nos calmamos ni nos tomamos el tiempo para cuestionar nuestras prioridades.

Entonces, ¿Cuáles son algunas de las cosas que el estrés crónico te está haciendo?

#1. Está jugando con tu cerebro

Puedes pensar que es necesario trabajar bajo presión todo el tiempo, pero el estrés crónico afecta tu capacidad para concentrarte. Además, dejaras de actuar de manera eficiente y te hará más propenso a los accidentes. Tiene efectos devastadores en la memoria y el aprendizaje: en realidad mata las células del cerebro.

El Instituto Franklin explica que la hormona del estrés cortisol canaliza la glucosa a los músculos mientras estas en tensión y deja menos combustible para el cerebro. El cortisol también interrumpe la comunicación de las células cerebrales al comprometer la función de los neurotransmisores. Todo aprendizaje depende del uso de la memoria. Por lo tanto, afecta tu capacidad para acceder a los recuerdos y te impide crear otros nuevos.

Peor aún, tu hipocampo está involucrado en apagar el cortisol. A medida que se daña por el estrés crónico, se vuelve menos capaz de hacerlo y, por lo tanto, se daña más.

#2. Aumenta el riesgo de ataque cardíaco, y accidente cerebrovascular

Aún no se ha establecido una relación directa entre el estrés crónico, el riesgo de ataque cardíaco, y accidente cerebrovascular. Lo que hace este, es empeorar los factores de riesgo para estas condiciones.

El estrés aumenta la frecuencia cardíaca, constriñe las arterias y afecta los ritmos cardíacos. Espesa la sangre, lo que puede proteger contra la pérdida de sangre en caso de lesión. También aumenta la presión arterial, y daña los revestimientos de los vasos sanguíneos. Especialmente porque contribuye a la inflamación.

#3. Reduce tu sistema inmune

Combatir las infecciones no es una prioridad si tu cuerpo cree que enfrenta un peligro inmediato, por lo que definitivamente debilita tu sistema inmunológico. El estrés contribuye a la inflamación en el cuerpo. Y la inflamación se ha relacionado con una gran cantidad de enfermedades, desde asma y diabetes hasta cáncer y enfermedades del corazón.

La Asociación Estadounidense de Psicología, informa que el estrés puede afectar de forma negativa tu capacidad para recuperarte de un infarto. Y que, además, el entrenamiento para el manejo del mismo puede ayudar a acelerar la curación.

#4. Contribuye al envejecimiento

Apaga muchos procesos fisiológicos que no se consideran urgentes. Considera, por ejemplo, la falta de flujo de sangre a la piel, eso sin duda va a afectar la edad que te ves. 

Todos perdemos células cerebrales a medida que envejecemos. Las toxinas, las rutinas automáticas, la dieta inadecuada, la falta de ejercicio y la pérdida de conexiones sociales contribuyen a esto. Entonces, como el estrés permite que más toxinas lleguen al cerebro, la función de este, el nuevo aprendizaje y la memoria se ven muy afectados.

#5. Contribuye al aumento de peso y a los trastornos digestivos

Dado que la digestión también disminuye durante la respuesta al estrés, este puede contribuir a una variedad de trastornos digestivos. Gastritis, cólicos, estreñimiento y diarrea son síntomas comunes. También lo es el reflujo acido y el síndrome del intestino irritable. Además, puede empeorar las úlceras y la enfermedad inflamatoria intestinal.

El cortisol contribuye a la acumulación de grasa abdominal peligrosa y empeora los antojos de azúcar. Comer carbohidratos poco saludables puede ser calmante, ya que esto disminuye los desequilibrios conductuales y hormonales asociados con la respuesta al estrés. Desafortunadamente, este comportamiento puede llegar a ser habitual y conducir a problemas de salud como diabetes y enfermedades del corazón.

#6. Afecta tu estado de ánimo y tus relaciones

Puede afectar tus patrones de sueño y ponerte irritable y fatigado, incapaz de concentrarte y altamente reactivo. Es posible que no puedas relajarte y operar en un estado de ansiedad. La depresión es una reacción común al estrés crónico. Todas estas cosas pueden degradar tu calidad de vida y afectar tus relaciones con los demás.

Además, se asocia con sentimientos de impotencia y falta de control. Los perfeccionistas son más propensos a sufrir de niveles de serotonina alterados debido al estrés.

#7. Aumenta el dolor

Se han establecido vínculos entre la gravedad del dolor y el estrés crónico en personas con dolores de cabeza, dolor en las articulaciones y dolor muscular. Este parece intensificar el dolor de la artritis y el dolor de espalda. Además, el estrés laboral se asocia con dolores de espalda, y aumenta la frecuencia y gravedad de la cefalea tensional.

#8. Afecta la sexualidad y las funciones reproductivas

El estrés crónico reduce el deseo sexual en las mujeres y puede contribuir a la disfunción eréctil en los hombres. También está relacionado con la severidad del síndrome premenstrual y puede afectar la fertilidad en las mujeres.

En el embarazo está relacionado con tasas más altas de nacimiento prematuro y aborto espontáneo. Además, puede afectar la forma en que los propios bebés reaccionan al estrés después del nacimiento. Y también, puede empeorar los cambios hormonales en el estado de ánimo que acompañan a la menopausia.

#9. Afecta la piel, el cabello y los dientes

Los desequilibrios hormonales y el hecho de que el flujo sanguíneo a la piel se reduce durante la respuesta al estrés puede afectar negativamente la piel, el cabello y los dientes. El eccema es una reacción común al estrés. Así como, el acné, la urticaria, la psoriasis y la rosácea también se han relacionado con este. La pérdida de cabello y la enfermedad de las encías también se han relacionado con el estrés.

#10. Contribuye a la adicción

En un intento de escapar de los sentimientos negativos asociados con el estrés crónico, muchas personas recurren a actividades que aumentan de forma temporal sus niveles de dopamina y serotonina. El abuso de alcohol, tabaco y otras sustancias es una forma común como las personas intentan tratar el estrés. Las adicciones alimentarias, los juegos de azar, y los videojuegos también son hábitos que pueden desarrollarse. Todos estos terminan empeorando el problema a largo plazo y afectan en gran medida la salud mental y física.

Esto no significa que no puedas aprender a lidiar con el estrés de manera más efectiva. Echa un vistazo a tu vida e identifica qué te está causando el estrés. Presta atención a tus estados de ánimo y trata de identificar los pensamientos y creencias que pueden estar contribuyendo a ellos. Haz tiempo para participar en actividades agradablemente desafiantes, hacer ejercicio y conectarte con los demás.

No trates de eliminar el estrés de tu vida por completo. En primer lugar, eso es imposible, ya que la mayor parte de la vida es impredecible. En segundo lugar, algunos tipos de estrés son beneficiosos.

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