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Médico
Es probable que hayas escuchado la palabra inmunocomprometido. Pero, qué más debes saber acerca de tener un sistema inmunológico comprometido.
Tu sistema inmunológico actúa como las fuerzas armadas de tu cuerpo, protegiéndolo de invasores dañinos. Un sistema inmunológico que funcione bien es absolutamente crítico para la supervivencia. Pero, cuando no funciona correctamente, eres más vulnerable a las infecciones y enfermedades.
La buena noticia es que en gran medida tenemos el control de nuestra salud inmune. Hay tantas maneras naturales (y bastante fáciles) de estimular el sistema inmunológico y tomar el control de tu salud.
Significa que las defensas inmunitarias del cuerpo están debilitadas y no funcionan correctamente. Se trata de una red interactiva de órganos, glóbulos blancos y proteínas que nos protege de virus, bacterias e invasores peligrosos.
La vulnerabilidad a infecciones y enfermedades depende del grado de supresión inmune de cada persona. La cual, puede variar mucho de persona a persona. Además, es posible tener un deterioro parcial o total del sistema inmunológico.
Un sistema inmunocomprometido es causado por:
Afortunadamente, muchas causas son controlables y se pueden corregir con cambios dietéticos y de la forma de vida.
La investigación muestra que muchas infecciones de pacientes inmunodeprimidos se originan en el intestino. Y, sabemos que la presencia de bacterias buenas ayuda con la estabilidad microbiana y aumenta la función inmune.
Las personas inmunocomprometidas suelen enfermarse con más frecuencia y la duración de la enfermedad es más larga. En general, los síntomas pueden incluir:
Para evitar un sistema inmunocomprometido, comienza por eliminar los alimentos inflamatorios y no saludables. Y, evita los alimentos procesados, los alimentos azucarados y los carbohidratos con almidón.
A los microbios les encanta el azúcar y el sistema inmunológico reacciona muy mal al consumo de azúcar.
Luego, incorpora a tu dieta alimentos que mejoren el sistema inmunológico y nutrientes esenciales. Estos incluyen una variedad de vegetales, como los de color amarillo y naranja. Además, alimentos fermentados, verduras de hojas verdes, grasas saludables y té verde.
El estrés crónico tiene un gran impacto, causando una reducción de la función inmune, y aumento de la inflamación. Incluso en tiempos estresantes, centrarse en el autocuidado y la paz mental puede hacer una gran diferencia.
Prueba ejercicios de respiración, yoga, leer libros o artículos inspiradores. Así como cocinar, escuchar música y pasar tiempo de relax con tus seres queridos, ayuda a un sistema inmunocomprometido.
La falta de sueño suprime la función inmune y desencadena la inflamación. Es muy importante dormir al menos siete horas por noche.
Si no puedes dormir esa cantidad de tiempo, considera hacer cambios en el estilo de vida y la dieta que te ayuden. Omite el azúcar y los carbohidratos a altas horas de la noche, evita usar aparatos electrónicos antes de acostarte. Y, reduce el estrés para que tu mente pueda asentarse por la noche y ayudar a tu sistema inmunocomprometido.
El ejercicio diario reduce la inflamación sistémica y aumenta la función inmune. Por otro lado, vivir un estilo de vida sedentario es extremadamente problemático. Ya que, aumenta el riesgo de un sistema inmunocomprometido, como las enfermedades cardíacas y la diabetes.
Los estudios han demostrado que la vitamina D desempeña varias funciones dentro del sistema inmunológico. Por supuesto, necesitamos proteger nuestra piel del sol demasiado directo. Pero, pasar algún tiempo al aire libre es importante para apoyar la función inmune.
Además, el tiempo al aire libre puede ser relajante y ayudarnos a desestresarnos. Que, es otra forma de reducir la inflamación y evitar un sistema inmunocomprometido.
Ciertas hierbas antivirales y suplementos sirven como herramientas poderosas para apoyar el sistema inmunológico. Los mejores incluyen:
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