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Mitos y realidades de las grasas saturadas

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Dr Gerardo Rios

Médico

Durante años, a la grasas saturadas se le ha caracterizado como un componente dietético poco saludable. Y, que además debe evitarse a toda costa por el bien de tu corazón y tu salud.

Sin embargo, otras investigaciones han encontrado que algunas de las suposiciones hechas sobre estas, pueden no estar apoyadas por la ciencia. Las pruebas recientes, por ejemplo, sugieren que la grasa saturada puede no estar directamente vinculada a las enfermedades cardíacas.

¿Qué es la grasa saturada?

La definición oficial es, cualquier ácido graso sin enlaces dobles presentes entre las moléculas de carbono. En otras palabras, estas son un tipo de ácido graso que se encuentra en una variedad de alimentos, como la carne y los productos lácteos.

5 beneficios de la grasa saturada

#1. Forma parte de las membranas celulares

Los ácidos grasos saturados son absolutamente esenciales para sostener la vida. De hecho, forman la base misma de la membrana celular, lo que representa casi el 50 por ciento de la mayoría de las membranas animales.

La membrana celular es responsable de encerrar y proteger la célula, así como de controlar el movimiento de entrada y salida de sustancias. Un defecto en la membrana puede hacer que la célula deje de funcionar de forma correcta e incluso puede contribuir a una variedad de enfermedades relacionadas con la membrana. Por lo que es crucial obtener suficientes grasas saturadas en tu dieta.

#2. Aumenta el colesterol beneficioso de HDL

El colesterol es una sustancia cerosa, parecida a la grasa que se encuentra en todo el cuerpo. Es un componente vital de la membrana celular y también es necesario para la síntesis de hormonas, vitamina D y ácidos biliares.

Niveles altos de lipoproteína de baja densidad (LDL) pueden acumularse en la sangre, causando que las arterias se estrechen y aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas. La lipoproteína de alta densidad (HDL), por otro lado, en realidad puede ser beneficiosa. Ya que esta se mueve por el torrente sanguíneo, eliminando el colesterol LDL de las arterias y llevándolo de nuevo al hígado.

Estas «grasas buenas» se ha demostrado que aumentan los niveles de colesterol HDL en el cuerpo.

#3. Puede reducir el riesgo de derrame cerebral

Aunque se necesita más investigación, algunos estudios han encontrado que comer más grasa saturada podría conducir a un menor riesgo de accidente cerebrovascular. En este estudio se mostró que la ingesta de estas, se asoció con un menor riesgo de muerte por accidente cerebrovascular.

#4. Aumenta la salud cerebral

Ciertos tipos, como el aceite de coco, han ganado atención en los últimos años debido a sus beneficios para ayudar el cerebro. Los ácidos grasos de cadena media que se encuentran en el aceite de coco se cree que ejercen un efecto protector sobre la salud del cerebro. Especialmente, cuando se trata de trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer.

Ese mismo estudio demostró que el consumo de triglicéridos de cadena media, mejora el rendimiento cognitivo en personas con formas leves de Alzheimer.

#5. Ideal para cocinar a fuego alto

Las grasas saturadas como la mantequilla, y el aceite de coco son perfectas cuando se trata de asar, hornear, saltear, y asar a la parrilla. Esto se debe a que no tienen enlaces dobles, lo que los hace más resistentes a la oxidación y a la cocción a fuego alto. Las poliinsaturadas, por su parte, se oxidan mucho más fácil y son susceptibles a la descomposición, oxidación y pérdida de nutrientes.

Optar por un aceite de cocina estable al calor e incorporar alimentos ricos en antioxidantes, es la mejor manera de combatir el daño de los radicales libres.

Mitos

#1. Causa enfermedad cardíaca

Los estudios aún no han demostrado una asociación entre la ingesta de grasas saturadas y las enfermedades cardíacas. De hecho, una revisión Cochrane mostró que la disminución de la ingesta de grasas saturadas no tuvo ningún efecto sobre el riesgo de muerte o muerte por enfermedad cardíaca. Del mismo modo, otra revisión de los Anales de Medicina Interna confirmó que no existe una relación directa entre el consumo de estas y el riesgo de enfermedades cardíacas.

#2. Comer grasa engorda

Desde el auge de la dieta baja en grasas en los años ochenta y noventa, se ha pensado que comer menos grasa se traduce en menos volumen en el abdomen y en las caderas.

Esto está lejos de la verdad. Sin embargo, comerlas puede promover la saciedad con lo cual reducimos el apetito y los antojos.

También puede disminuir los niveles de ghrelina, la hormona del hambre. Por esta razón, las dietas como la cetogénica, pueden mantener tu apetito en control y ayudar a que las libras disminuyan.

#3. Los alimentos ricos en grasas saturadas no son saludables

Hay una idea errónea común de que los alimentos ricos en grasas aumentan de forma automática la obstrucción de las arterias y no son saludables. Aunque sin duda hay algunos alimentos altos en grasas saturadas que es mejor mantenerlos fuera de tu dieta, también hay muchas fuentes de grasas saturadas que son súper saludables y ricos en nutrientes importantes.

Precauciones

Aunque la grasa saturada se ha asociado con una serie de beneficios para la salud, todavía debe ser disfrutado como parte de una dieta sana y equilibrada. Asegúrate también de incluir una buena cantidad de proteínas, fibra y grasas no saturadas.

Además, asegúrate de optar por alimentos saludables y mantente alejado de los desperdicios procesados y los alimentos fritos. Estos ofrecen poco o ningún valor nutricional.

Y, como siempre, la moderación es clave con todo. La mayoría de las organizaciones de salud recomiendan no más del 10 por ciento de las calorías diarias. Aunque, la Asociación Americana del Corazón sugiere limitar la ingesta a alrededor del 5 a 6 por ciento de las calorías.

Sin embargo, a medida que surgen más investigaciones examinando los complejos mecanismos de las grasas saturadas en el cuerpo, podemos comenzar a ver un cambio en estas recomendaciones.

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