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Médico
El ácido caprílico es un ácido graso saturado con propiedades antibacterianas, antivirales, antifúngicas y antiinflamatorias. Se ha relacionado con la prevención de infecciones del tracto urinario, Cándida, enfermedades de transmisión sexual, y muchas otras afecciones.
Como uno de los principales ácidos grasos que se encuentran en el aceite de coco, se ha vuelto ampliamente conocido por sus efectos antifúngicos. Sobre todo, en lo que respecta a mantener los órganos digestivos y reproductivos, funcionando correctamente.
Uno de los usos potenciales del ácido caprílico, es prevenir el crecimiento excesivo de hongos similares a las levaduras que pueden vivir y crecer en los intestinos. Pero este es solo uno de varios posibles beneficios del ácido caprílico.
Como ácido graso saturado, el ácido caprílico (también llamado ácido octanoico) contiene ocho átomos de carbono, lo que lo convierte en un ácido graso de cadena media (MCFA).
Junto con el ácido cáprico y el ácido láurico, es uno de los tres ácidos grasos principales que se encuentran en el aceite de coco. Es un componente del aceite de coco, pero no es lo mismo.
Se puede encontrar en alimentos como el coco y el aceite de coco, la leche de vaca y la leche materna humana. No se considera un probiótico, pero ayuda a mantener la salud intestinal y el entorno probiótico interno.
Como refuerzo natural del sistema inmunológico, se usa como ingrediente en fungicidas tópicos, productos de limpieza, perfumes y tintes. Teniendo en cuenta todos los usos conocidos del aceite de coco, no sorprende que el ácido caprílico esté ganando popularidad por sí solo para curar el cuerpo por dentro y por fuera.
Tomado, ayuda a reducir el crecimiento de levaduras dentro del tracto gastrointestinal al tiempo que aumenta las bacterias beneficiosas. Todo esto ayuda a repoblar el intestino con bacterias saludables, reduce la inflamación y restaura el eje «intestino – cerebro».
Cuando se trata de combatir la cándida de forma natural, el ácido caprílico. La candidiasis es una condición que ocurre cuando se desarrolla un crecimiento excesivo de hongos de levadura en el intestino. Es muy común, especialmente entre las mujeres. Y, se asocia con síntomas como distensión abdominal, estreñimiento, fatiga, síndrome del intestino irritable, depresión y antojos de azúcar.
Los investigadores han descubierto que este ácido graso tomado por vía oral reduce los síntomas asociados con infecciones virales y fúngicas como Cándida y Chlamydia. El mismo estudio sugiere que el mejor tratamiento es una combinación de ácido caprílico concentrado por vía oral junto con suplementos de aceite de pescado omega-3.
Aparte de la cándida, la levadura puede causar otros tipos de infecciones internas o externas que aparecen en la piel, los genitales, y los dedos de los pies. El ácido caprílico ayuda a eliminar estas infecciones, y de esta forma se pueden prevenir o tratar con pocos o ningún efecto secundario.
Teniendo en cuenta lo popular que se ha vuelto el aceite de coco, no sorprende que los efectos hayan sido probados en muchos estudios. El ácido caprílico, junto con sus derivados, son capaces de combatir las bacterias que viven en la piel y causan infecciones. Entre ellas podemos mencionar al Dermatophilus congolensis, por ejemplo.
Se sabe que el aceite de coco, mejora naturalmente el acné y reduce la inflamación de la piel. Al aplicar aceite de coco, el acné puede convertirse en un problema cada vez menor. Es por eso que este aceite es un excelente humectante natural para la piel.
Hasta hace poco, se sabía poco sobre los efectos de los MCFA y MCT en la inflamación intestinal. Pero, ahora los estudios sugieren que estos ácidos grasos ayudan a suprimir la secreción de enzimas y células inflamatorias, reduciendo los síntomas de la enfermedad de Crohn.
El mecanismo preciso que lleva a los MCT a suprimir este proceso aún no se comprende por completo. Pero se cree, que ayudan a inhibir la inhibición del gen de las citoquinas inflamatorias y, por lo tanto, reducen las respuestas inmunitarias que agravan aún más el revestimiento intestinal.
Se ha informado que una variedad de ácidos grasos libres, naturales y sus derivados ejercen actividad antibacteriana contra una amplia gama de microorganismos, incluido el ácido caprílico.
La mejor fuente de ácido caprílico son los cocos, especialmente el aceite de coco. Otras fuentes incluyen leche de vaca entera, mantequilla de maní, aceite de palma e incluso leche materna humana.
Si es la primera vez que tomas ácido caprílico, comienza lentamente para evitar dolores de estómago. Se recomienda empezar con una cucharada de aceite de coco al día y luego aumentar en la segunda semana a dos y a partir de la tercera, 3 al día. Se cree que aumentar lentamente la dosis ayuda a que la levadura muera de manera efectiva y no impactará a tu sistema para que produzca una reacción autoinmune aún mayor.
El ácido caprílico no se recomiendan para las mujeres embarazadas o que amamantan porque pueden causar náuseas y agravar los problemas digestivos existentes. Si estás interesada en tomarlo, consulta primero con tu médico.
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