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Bursitis, 6 pasos para manejarla de forma natural

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Dr Gerardo Rios

Médico

Lo que puedes pensar que son solo huesos crujientes o incluso artritis, en realidad podría ser una bursitis. Un trastorno que puede hacer que las actividades cotidianas sean una pesadilla.

Las bursas amortiguan y lubrican los espacios entre los huesos, el tejido conectivo y los músculos. Cuando estas dejan de funcionar de forma correcta, se nos hace difícil movernos y soportar la fricción o la presión. Padecen de bursitis las personas que realizan movimientos repetitivos con frecuencia. Como, carpinteros, jardineros, músicos y atletas, por ejemplo.

La buena noticia es que, con el cuidado adecuado, el dolor desaparece en unas semanas sin tomar medicamentos o cirugía. Un artículo informa que la mayoría de los pacientes con bursitis responden bien al manejo no quirúrgico. Incluyendo hielo, modificación de la actividad y antiinflamatorios no esteroideos. 

Tratamiento natural de la bursitis y prevención de recaídas

Si crees que podrías tener bursitis, visita a tu médico para descartar otras causas del dolor. Una vez confirmada y que no tienes otra afección más grave, podrás tratarla de forma natural y bastante fácil.

#1. Descansar la zona afectada

Dale a la zona afectada tiempo para sanar y una oportunidad de que la inflamación disminuya tomando un descanso. Sobre todo, de ejercicios o movimientos repetitivos que agregan estrés y presión. Todo el mundo es diferente, pero tomar varias semanas de descanso es eficaz en la mayoría de los casos.

Puedes seguir estirando la zona dolorosa si te sientes bien en hacerlo. Y, puedes mantenerte al día con otras actividades cotidianas que no causen dolor, como caminar, pero de lo contrario, tómalo con calma. A largo plazo, asegúrate de descansar adecuadamente entre los entrenamientos y evita el sobreentrenamiento.

También puedes preguntar al médico sobre el uso temporal de un dispositivo de asistencia para ayudarte a mantenerte en movimiento. Como, un bastón para caminar, una muleta, una férula o un dispositivo ortopédico.

#2. Usa Hielo para controlar la inflamación

Hay varias maneras primarias de ayudar a reducir la inflamación asociada con la bursitis y, por lo tanto, a reducir el dolor. Puedes envolver el área firmemente, elevarla para reducir el flujo sanguíneo y la inflamación, y usar compresas de hielo.

El hielo es más útil si la bursitis se desarrolló recientemente y se asocia con una tensión o lesión. En las primeras 24-48 horas es cuando se considera que el hielo es muy beneficioso. Sostenlo en la zona afectada durante 15 a 20 minutos cada cuatro a seis horas. Haz esto durante tres a cinco días seguidos junto con el estiramiento para obtener mejores resultados.

#3. Aceites esenciales para el dolor

Los masajes musculares/articulares con aceites esenciales, pueden reducir la inflamación sin necesidad de tomar ningún medicamento.

El aceite de menta y el aceite de incienso se puede aplicar a la articulación afectada por la bursitis. Para aumentar la circulación, reducir la inflamación y controlar el dolor. 

#4. Asegúrate de estirar y mover el área

Parece contradictorio, pero el movimiento ayuda a mantener las articulaciones, preserva la movilidad y ayuda con la curación. Inicialmente, es una buena idea dejar que el dolor de la bursitis disminuya un poco. Según la AACO, estirar y ejercitar suavemente el área por tu cuenta, o por un fisioterapeuta, ayuda a acelerar la curación.

#5. Prevenir recaídas con una postura adecuada

Una mala postura al hacer ejercicio, pararse, dormir, sentarse en el trabajo o conducir puede causar un desgaste adicional en las bursas. Además de afectar a las articulaciones y causar tensiones dolorosas.

Para asegurarte de que tu postura no está contribuyendo al dolor, intenta enfocarte en estos consejos:

  • Asegúrate de mantener tu centro de gravedad sobre las caderas. No inclinarse hacia adelante o hacia atrás.
  • Alinear la columna vertebral de pie y sentado en posición vertical
  • Practicar la alineación adecuada al hacer ejercicio y estirar
  • Mantener los músculos abdominales apretados durante el día
  • Fortalecer el núcleo con ejercicios abdominales, y
  • Tratar de alternar posiciones con frecuencia en el trabajo.

Considera posicionar tu cuerpo correctamente al hacer las tareas diarias usando una silla ergonómica. O, trabajar con un osteópata que pueda darte ajustes dirigidos a una mala postura.

#6. Reducir la inflamación a través de una dieta saludable y ejercicio

Comer una dieta antiinflamatoria y hacer ejercicio regular una vez que el dolor disminuye, te ayuda a mantenerte joven. Además de que te ayuda a prevenir futuras lesiones. Consejos dietéticos generales para reducir o prevenir la inflamación incluyen:

  • Consumir todo tipo de verduras frescas y frutas
  • Alimentos probióticos (yogur, kombucha, kéfir y verduras)
  • Carne de res alimentada con pasto
  • Pescado capturado en la naturaleza, y
  • Grasas saludables como nueces, semillas, aguacate, coco y aceite de oliva.

Trata también de limitar otros factores que pueden contribuir a la inflamación, como:

  • Altos niveles de estrés mental
  • Tener sobrepeso u obesidad
  • Sentarte durante largos períodos
  • Fumar cigarrillos
  • Exposición a sustancias químicas o toxinas, y
  • Altas cantidades de exposición a la vibración de los vehículos.

Se recomienda también implementar algunos de estos consejos para mantener niveles de inflamación bajos cerca de las articulaciones:

  • Tómate 10 minutos para calentar y estirarte antes del ejercicio.
  • Usa bandas o pesas de resistencia para ayudar a fortalecer los músculos alrededor de la articulación.
  • No te sientes por períodos muy largos de tiempo; toma descansos para ponerte de pie y moverte.
  • Toma descansos frecuentes de tareas o actividades repetitivas para estirarte.
  • Cuando duermas, reduce la presión sobre las articulaciones usando un cojín o almohada (entre las rodillas).
  • Protege tus rodillas y codos con almohadillas cuando hagas ciertos deportes de contacto.
  • Cuando trabajes con las manos, trata de aumentar la superficie de agarre mediante el uso de guantes, o cinta adhesiva.
  • Comienza nuevas actividades o ejercicios lentamente y con la forma adecuada. Tal vez, considerando contratar a un entrenador al principio para ayudarte.

Conclusiones

La buena noticia es que, con el cuidado adecuado, el dolor de la bursitis desaparece en varias semanas sin fármacos o cirugía. La mejor manera de tratar naturalmente esta afección es descansar el área afectada. Además de, usar hielo para controlar la inflamación, estirar y mover el área, una postura adecuada, y una dieta saludable y ejercicio.

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