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Médico
Lo que puedes pensar que son solo huesos crujientes o incluso artritis, en realidad podría ser una bursitis. Un trastorno que puede hacer que las actividades cotidianas sean una pesadilla.
Las bursas amortiguan y lubrican los espacios entre los huesos, el tejido conectivo y los músculos. Cuando estas dejan de funcionar de forma correcta, se nos hace difícil movernos y soportar la fricción o la presión. Padecen de bursitis las personas que realizan movimientos repetitivos con frecuencia. Como, carpinteros, jardineros, músicos y atletas, por ejemplo.
La buena noticia es que, con el cuidado adecuado, el dolor desaparece en unas semanas sin tomar medicamentos o cirugía. Un artículo informa que la mayoría de los pacientes con bursitis responden bien al manejo no quirúrgico. Incluyendo hielo, modificación de la actividad y antiinflamatorios no esteroideos.
Si crees que podrías tener bursitis, visita a tu médico para descartar otras causas del dolor. Una vez confirmada y que no tienes otra afección más grave, podrás tratarla de forma natural y bastante fácil.
Dale a la zona afectada tiempo para sanar y una oportunidad de que la inflamación disminuya tomando un descanso. Sobre todo, de ejercicios o movimientos repetitivos que agregan estrés y presión. Todo el mundo es diferente, pero tomar varias semanas de descanso es eficaz en la mayoría de los casos.
Puedes seguir estirando la zona dolorosa si te sientes bien en hacerlo. Y, puedes mantenerte al día con otras actividades cotidianas que no causen dolor, como caminar, pero de lo contrario, tómalo con calma. A largo plazo, asegúrate de descansar adecuadamente entre los entrenamientos y evita el sobreentrenamiento.
También puedes preguntar al médico sobre el uso temporal de un dispositivo de asistencia para ayudarte a mantenerte en movimiento. Como, un bastón para caminar, una muleta, una férula o un dispositivo ortopédico.
Hay varias maneras primarias de ayudar a reducir la inflamación asociada con la bursitis y, por lo tanto, a reducir el dolor. Puedes envolver el área firmemente, elevarla para reducir el flujo sanguíneo y la inflamación, y usar compresas de hielo.
El hielo es más útil si la bursitis se desarrolló recientemente y se asocia con una tensión o lesión. En las primeras 24-48 horas es cuando se considera que el hielo es muy beneficioso. Sostenlo en la zona afectada durante 15 a 20 minutos cada cuatro a seis horas. Haz esto durante tres a cinco días seguidos junto con el estiramiento para obtener mejores resultados.
Los masajes musculares/articulares con aceites esenciales, pueden reducir la inflamación sin necesidad de tomar ningún medicamento.
El aceite de menta y el aceite de incienso se puede aplicar a la articulación afectada por la bursitis. Para aumentar la circulación, reducir la inflamación y controlar el dolor.
Parece contradictorio, pero el movimiento ayuda a mantener las articulaciones, preserva la movilidad y ayuda con la curación. Inicialmente, es una buena idea dejar que el dolor de la bursitis disminuya un poco. Según la AACO, estirar y ejercitar suavemente el área por tu cuenta, o por un fisioterapeuta, ayuda a acelerar la curación.
Una mala postura al hacer ejercicio, pararse, dormir, sentarse en el trabajo o conducir puede causar un desgaste adicional en las bursas. Además de afectar a las articulaciones y causar tensiones dolorosas.
Para asegurarte de que tu postura no está contribuyendo al dolor, intenta enfocarte en estos consejos:
Considera posicionar tu cuerpo correctamente al hacer las tareas diarias usando una silla ergonómica. O, trabajar con un osteópata que pueda darte ajustes dirigidos a una mala postura.
Comer una dieta antiinflamatoria y hacer ejercicio regular una vez que el dolor disminuye, te ayuda a mantenerte joven. Además de que te ayuda a prevenir futuras lesiones. Consejos dietéticos generales para reducir o prevenir la inflamación incluyen:
Trata también de limitar otros factores que pueden contribuir a la inflamación, como:
Se recomienda también implementar algunos de estos consejos para mantener niveles de inflamación bajos cerca de las articulaciones:
La buena noticia es que, con el cuidado adecuado, el dolor de la bursitis desaparece en varias semanas sin fármacos o cirugía. La mejor manera de tratar naturalmente esta afección es descansar el área afectada. Además de, usar hielo para controlar la inflamación, estirar y mover el área, una postura adecuada, y una dieta saludable y ejercicio.
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